miércoles, 20 de diciembre de 2006

Poesía V

 


La llave a ese estado

 

Cuando hallé el camino, descalzo,

sentí el verdadero dolor, la verdadera alegría,

sentí la tierra debajo de mis pies y el cielo en su lugar...

utópico, tentador e interminable.

 

Y el vuelo fue brillante, renovador y placentero,

mientras allá abajo los viejos símbolos sufrían mi ausencia,

los corazones inocentes latían en menor

y los soles que nunca se escondían para mi

causaban uno tras otros los ocasos de unos días arcaicos.

 

Pero el camino de aprender transforma sus rectas en esquinas,

los campos abiertos se vuelven rejas de prisiones,

los horizontes se elevan transformándose en muros rascacielos,

la tierra se hace asfalto, el sueño deseo de libertad y la sonrisa llanto ciego.

 

Los mensajes masivos descienden por las bocas de todos,

los esfuerzos por crear se hunden en el barro de los imposibles,

la gloria del andar descalzo se vuelve deseo de tener, de alcanzar, de asumir,

lo bonito y lo espontáneo cae en manos del cálculo y la empresa

y el ser acaba dormido en el fondo de una caja de madera,

junto a los sueños muertos.

 

Entonces todo se compra, todo se vende,

caminar es para hallar la puerta correcta,

para expresar concretamente,

para explicar estúpido a los estúpidos,

para perder de vista las propias huellas,

para dejar de crecer, para perecer como emergente,

para dejar de ser extraño y acabar siendo uno más en el rebaño.

 

Cuando piso el verdadero suelo mío,

regreso a la sonrisa, salto al vacío sin miedo,

abandono las armas de la mente,

dejo de correr y ando.

 

El verdadero camino viene con mi verdad,

mis demonios y sirenas son unos pocos, pero no huyen ni los espanto,

el tiempo se vuelve tiempo y los sueños el motor para seguir

y el amor... calienta mi pecho y me revive.

 

Pablo Rego ©2006

lunes, 18 de diciembre de 2006

De pájaros y de árboles... y de amor?

 

Algo de poesía de Cortázar... sus juegos, su fluir, su simple profundidad.

 

Cinco últimos poemas para Cris

 

1

 

Ahora escribo pájaros.

No los veo venir, no los elijo,

de golpe están ahí, son esto,

una bandada de palabras

posándose

   una

          a

            una

en los alambres de la página,

chirriando, picoteando, lluvia de alas

y yo sin pan que darles, solamente

dejándolos venir. Tal vez

sea eso un árbol

 

o tal vez

el amor.

lunes, 4 de diciembre de 2006

Poesía IV

Inspiración rockera y granaína.

 Veneno chorrea

Sube el veneno de mi impotencia

que es hijo de las dudas, que se gesta en la semilla de ser hoy.

La mutación cromática que pudre mi sangre

oscurece mi espíritu de pájaro.

 

Inunda mi cabeza y la desintegra en un líquido de dolor,

mi recuerdo de luces insomnes obnubila este instante de ojos ausentes

y encandila los pensamientos que chorrean intoxicados por mi cuerpo profundo.

 

Lo salvaje inspira otro camino,

la piel, los ojos, el sudor

se vuelven pan del día y de la noche

 

El recuerdo cobra vida en la irrealidad,

la amarga saliva de la soledad

se hace dulce cuando me ilumino por ti.

 

Lo absurdo de repetir lo dicho mil veces

cobra sentido en mis manos

cuando reconstruyo la vida

con éste líquido que quema.

 

Y lo horrible de la muerte

se vuelve efímero en el sueño infinito

que retumba en mi pecho

rescatándome de mi propio olvido.

 

El veneno es rico porque me habla de ti,

acaricia con tus dedos mis costillas

y se come mis huesos enterrados

difundiendo mis polvos por el aire

hasta tu silencio.

 

Pablo Rego