lunes, 2 de marzo de 2009

Poesía XXXVI

Búsquedas perdidas

 

La soledad,

a veces conocida, a veces necesaria,

habita en las esquinas, en los bares,

en las mesitas de noche y en los hospitales.

 

El temor se lleva las sonrisas

y regresa por los sueños y la libertad.

El dolor se queda con la fe

y dibuja un mañana urgente, irreal.

 

Todos buscando los colores

en la monocromática urbe,

pero abundan las monedas en las manos

y escasean las caricias.

 

Todos provocando ansiedades,

resultados para algo siempre nuevo,

pero los corazones se fragmentan

y los niños ya no juegan.

 

La soledad persigue  a quienes huyen:

en la calle, a los que van y a los que vuelven,

en la noche, a los que tejen fantasías,

en el día, a los que no comprenden el ritmo de sus pasos.

 

La violencia de elegir a las personas

inspira encierros y refugios,

el orgullo y la fantástica convicción

esconden la verdad y la sabia tolerancia.

 

Todos buscando mágicas recetas

en las letras que repiten lo que ignoran,

desechando las voces más cercanas,

las del norte que nació con cada quien.

 

Todos corriendo hacia el abismo,

ignorando las virtudes del vacío.

 

El silencio, esa máxima verdad,

se lo lleva todo, mostrándonos al fin

nuestro destino.

 

Pablo Rego - ©2005

2 comentarios:

paraiso dijo...

que hermosa,como todo lo que escribes!para que decir mas si sobran las palabras...

Pablo dijo...

gracias por tu comentario!!! es un placer saber que puedo compartir así con los amigos...