martes, 10 de noviembre de 2009

Poesía XLI


  


Colores en mí


 


Los colores quieren irse de mí


a pintar el fin del mundo,


como ocurre siempre que lo gris


avanza fatalmente quedándose con todo…


 


…con todo lo que veo Yo, lo que alcanzo con mi ser,


con mi alrededor, con mi horizonte,


con mis abrazos, mi mirada y mis señales,


con los árboles soñados y el cielo despejado.


 


Siempre se van detrás de la utopía


queriendo policromarlo todo, como mi interior.


Corren detrás de los huecos y los vacíos,


de las caras muertas y los olvidos.


 


Al fin, mientras salen los colores,


el gris lo va ocupando todo:


el rojo del alimento,


el naranja del cuerpo tibio y amable,


el amarillo de las certezas,


el verde del amor a todo,


el azul de las canciones y las bromas,


el blanco luz de la percepción,


el violeta de la libertad.


 


Los colores quieren irse de mí, otra vez,


pero un latido nuevo ha crecido en mi corazón,


un instante que no tenía golpea la puerta de mi ilusión


y me empuja a abrir más mis ojos, evitando cataratas de dolor.


 


Un momento en el que cabe todo el tiempo


me muestra la realidad con sus colores que no son los míos;


el gris lo salpica todo, en su medida, justa por ser propia,


se mueve, danza con todo y regresa al comienzo de las cosas.


 


Me quedo en silencio, con el arco iris pintado en la piel,


observando un mar sereno y verdadero,


las olas están fuera, como las nubes,


las tormentas y los ojos vacíos.


 


Siento un soplo de vida, de verdad,


abrazo mis colores sin la falsa meta de poder pintar el mundo,


sintiendo que el vacío es mucho y la alegría escasa y valiosa…


…me quedo con el calor y las flores,


esperando a que pase lo que siempre acaba por pasar.


 


Pablo Rego - ©2009