miércoles, 1 de mayo de 2013

Poesía LI

De extrañarte

El tiempo infante de mi cuerpo inquieto
es un pequeño suspiro ante lo eterno del amor.
Por la distancia, por que mis brazos no te abrazan,
aunque pueda verte luego y estalle la alegría.

Aunque mi consciencia traiga el mensaje del origen
el aroma de tu cuerpo, tu presencia, las caricias en presente,
tu mirada, las sonrisas y el silencio compartido
conmueven a mis células que te buscan, una a una,
cuando la materia deja un hueco en la distancia.

Aunque estás,
aunque sé que una brisa de luz nos acompaña,
que el destino escribió para nosotros El libro de la luz extraordinaria,
que nuestro camino es uno,
el perfecto encuentro de nuestras almas
me recuerda día a día que es así.

Un sutil resplandor contemplativo,
infinito y trascendente de todo lo que es.
La inteligencia de los sentimientos sin fronteras,
geometrías que se forman y se conforman
en olas coincidentes y hermosas del mar que nos acoge.

Las manos no entienden de lo inmenso,
mis ojos viven cuando pueden verte de cerca o de lejos,
toda mi piel sabe que la cercanía nutre, sana y comunica,
y mi pecho que el calor del tuyo completa su universo.

Te extraño, un segundo y días,
cuando el reloj de la materia tarda un siglo en contar una semana,
quiero darte el beso de regreso
cuando crece entre nosotros la distancia,
cuando el ínfimo momento que percibo se hace eterno
deseando que el amor completo brille ahora
y todo el tiempo .

Pablo Rego © 2013