sábado, 18 de mayo de 2019

Ojos cuarenta y pico (Poesía)


Mirar nuevamente las cosas…

Como una lejanía sombría que va borrando pequeños detalles
las figuras pierden sus contornos transformándose un poco en otras.

Antes había brillo, luz, intensidad…

Empieza a atardecer en las hojas escritas
como quedándose sin combustible los faroles en las últimas horas del día,
el mundo se borronea y se hace extraño que la claridad de siempre
se vaya volviendo sombras.

Por los ojos han entrado pensamientos, ideas, conocimiento,
unas formas matemáticas y otras sensuales,
viejas letras difíciles de entender y otras pequeñísimas.

El tiempo fue un aliado natural sin saberlo
para la ignorancia de los cristales y los armazones,
sin la necesidad de aprender una cultura sus cosas son extranjeras,
pero un día, por los cuarenta, el tiempo se hace presente y empieza a achicar las cosas,
a marearlas, a esconderlas.

Los ojos se van cerrando, juegan a oriente,
los brazos se estiran y se flexionan con el foco en sus manos,
pican, arden, se cierran, se cansan
y al final de un impedimento hartante caen en su prisión de cristal.

La importancia de ver, también con los ojos,
las letras, las palabras, los detalles pequeños del artista,
las cositas que hacen que otras cosas más grandes funcionen,

Enterase de ínfimos detalles de la existencia que pueden ser ignorados,
pero que nos empeñamos en mirar,
a los cuarenta y pico como a los veinte.

Pablo Rego ©2019

Imágen:©Freepik

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