
por Pablo Rego | El edadismo es una forma de discriminación que afecta a personas de todas las edades, aunque la mayoría de las veces va dirigida hacia los mayores de 50 años. En una sociedad que tiende a valorizar la juventud y la agilidad, este tipo de prejuicio ha pasado casi desapercibido, y solo recientemente ha ganado visibilidad. Desde estereotipos hasta barreras en el empleo y el acceso a servicios, el edadismo se infiltra en diversos aspectos de la vida diaria, afectando nuestra percepción y relación con el envejecimiento.
Una Discriminación de Todos los Días
El edadismo puede presentarse de maneras sutiles: comentarios sobre cómo una persona de cierta edad "debería" comportarse, ideas preconcebidas de que los mayores son menos adaptables, o que los jóvenes carecen de seriedad y compromiso. Esta discriminación puede aparecer en lugares de trabajo, en la atención médica y hasta en el lenguaje cotidiano, reforzando una mentalidad de exclusión que termina afectando tanto a jóvenes como a mayores.
Aunque a menudo se considera que el edadismo afecta mayormente a las personas mayores, muchos jóvenes experimentan barreras debido a la percepción de que carecen de experiencia o responsabilidad. Esta exclusión hacia los jóvenes, aunque menos evidente, puede ser igual de limitante, llevándolos a roles de menor responsabilidad o incluso a situaciones de precariedad laboral.
Impacto del Edadismo en la Vida Diaria
Para las personas mayores, este prejuicio puede afectar de manera directa su bienestar físico y mental. Al sentir que no pueden contribuir o que su experiencia no es valorada, muchas personas terminan interiorizando los estereotipos y dejando de lado actividades y metas que podrían mejorar su calidad de vida. En el ámbito laboral, el edadismo crea barreras para acceder a oportunidades, y muchas veces estas personas se encuentran excluidas de la capacitación y desarrollo profesional, lo que dificulta su permanencia en un mercado laboral cada vez más competitivo.
Para los jóvenes, el edadismo representa una limitación en su desarrollo profesional y personal. La falta de confianza y las barreras para avanzar a roles de liderazgo generan frustración, que a su vez puede afectar la estabilidad y la motivación en sus primeras etapas de vida laboral.
Revertir el Edadismo
La solución al edadismo no es sencilla, pero la clave está en reconocer y replantear nuestras actitudes. Aprender a valorar cada etapa de la vida y evitar ideas preconcebidas sobre la edad permitirá construir una sociedad más inclusiva. Para empezar, podríamos reflexionar sobre el impacto que los comentarios y actitudes pueden tener en aquellos a nuestro alrededor, tanto mayores como jóvenes. Generar un ambiente de respeto y empatía en todos los ámbitos de la vida, incluyendo el laboral, nos ayuda a reconocer que todos los grupos etarios pueden aportar con sus propias fortalezas.
Este cambio también depende de que busquemos romper los estereotipos asociados a la edad, para que tanto jóvenes como mayores tengan la libertad de explorar sus propias capacidades y aspiraciones, sin miedo al juicio o a las limitaciones impuestas.
Para continuar explorando este tema y cómo se manifiesta en diferentes sociedades, puedes ver el video que acompaña este artículo.