
Sé que hay un mundo allí afuera,
que otros hablan de lo mismo de siempre.
Creo que algo está cambiando, pero no sé qué.
Quiero pensar que puedo con todo,
pero intuyo lo contrario, ya no sé…
El agua se desborda y me inunda.
Flotar es imposible en mi interior.
Torrentes de recuerdos y visiones
colman, más allá de los sentidos,
mi visión del mundo.
Quiero decir que sé.
Quiero saber que estoy.
Quiero ser más allá de la luna,
pero el ser se funde atractivamente
con una vibración que parece infinita.
¿Será que todo siempre será así?
No veo con mis ojos de sol,
no puedo ver más allá.
Aunque sé que todo está
me siento sumergido bajo la superficie del mundo.
Es un trance que refleja lo infinito.
Lo oculto se mezcla con lo manifestado.
El amor, el placer, el dolor
son un río de matices que se mezclan
cambiando el color del río que me llena.
Hay una atracción, hay una luz y un fluir,
hay un llanto olvidado y exiliado
y un pedido de auxilio ahogado.
Hay un deseo de calidez en el amor
y la experiencia de estar solo en el universo.
Es un rato, es un día, una eternidad.
El recuerdo de múltiples historias,
de una y de todas las vidas.
El horizonte es testigo del paso de la luna
mutando sus colores y sus formas.
Cuando baja la marea vuelve la respiración,
Inspirado y deslumbrado, conmovido y alunado.
Todo sigue ahí, pero no es igual.
Yo estoy aquí, en una nueva realidad,
bañado por dentro y por fuera,
por la mágica muerte en la luz.
Renaciendo de entre las aguas,
nadando hasta las orillas de la respiración.
Otra vez, aquí.
Pablo Rego ©2025