Foto © Verano 2002-2003
Tus ojos, esos
ojos, tu mirada.
Te busco en el
devenir del tiempo
explorando avatares
de la vida, cambios, historias.
Te busco en
incógnitas crecidas de una niña que bailaba sobre mis pies,
que miraba
expresándose en el silencio, inocente e intrigante.
Los rulos del
tiempo han ido dibujando en ti una mujer
que va forjando su
destino, andando caminos como si no existieran,
alimentando
valentías, saltando puentes que parecen no haber sido construidos,
manteniendo viva la
llamita del comienzo,
tu pelo de fuego,
tu carcajada de tarde de verano,
que sé que viven en
el centro mismo de tu corazón inquieto.
La esencia
verdadera que hablaba medias lenguas hace tanto y tan poco,
que sin decir hacía
que mi ser latiera en un inmenso mar infinito
de amor, alegría y risas
sin ruidos,
late, se expande y
crece dentro de tu cuerpo de mujer adolescente,
y con esa emoción por
testigo te miro crecer,
contemplando las
formas que vas tomando, los pasos que vas dando.
Serás muchas cosas
un día, saldrás del otro lado del bosque,
cruzarás continentes
y océanos, si es ese tu destino,
llevando en ti a esa
niña de burbujas de luces, de mirada simple,
que dormía a la
sombra de los álamos, en las sierras de los mundos,
en cabañas de cristal
o en los techos estrellados.
Esta metamorfosis
del presente lleva y llevará tu sello,
con la fuerza del
amor que elegiste traer al mundo.
Te llevarán a tus paisajes
tus propias alas y tu fuerza saturnina,
y en tu mirada
llevarás la mía,
porque mi corazón
latió más poderoso el día de tu llegada,
porque mi amor por
ti es una huella marcada en el alma para siempre.
1 comentario:
Creo ver que hablas de tu hija y con una amor muy bueno, felicidades por decir en versos tus emociones y las vivencias y regalos que has recibido, buen día Pablo!
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