lunes, 10 de noviembre de 2008

Recuerdo de la oscuridad pasada (Poesía XXXII)


Recuerdo de la oscuridad pasada

Hieren mi luz los fantasmas de mi ser más primitivo, viven en mí, latiendo y esperando el alimento que los sacuda y los despierte.

Imagino el sol, los verdes y los colores fuertes de las flores, 
el mar, algo blanco y luminoso, la paz, el silencio,
se imaginan en mí seres oscuros, mi propia oscuridad, lo inesperado, lo insoportable,
el dolor que desprende los anclajes del puente mágico, el desconsuelo.

No existen los motivos para dejar ser a esos fantasmas,
sin embargo aparecen porque están, me avisan, me recuerdan que una vez fui un ser guerrero, quizá un sangriento luchador, quizá un hermético soldado;
La sangre no me es extraña, ellos me lo recuerdan.

Mis ojos ahora ven con claridad lo que ven.
De donde vienen mis recuerdos no es al sitio al que voy,
el amor es mi bandera, la mano abierta, la tierra libre, el sol.
Floto sin armaduras y sigo los latidos que susurran aires nuevos. 

Pero ellos están ahí, porque me habitaron una vez, porque fueron gobierno de mí,
con sus obras y sus actos, con sus olvidos y su derrota.
Les recuerdo quien soy ahora, me lo recuerdo, no les gusta y me alertan:
Soy guerrero, pero de la libertad, desde la libertad para lograrla… 

No se olviden...

Pablo Rego - ©2008

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