Búsquedas perdidas
La soledad,
a veces conocida, a veces necesaria,
habita en las esquinas, en los bares,
en las mesitas de noche y en los hospitales.
El temor se lleva las sonrisas
y regresa por los sueños y la libertad.
El dolor se queda con la fe
y dibuja un mañana urgente, irreal.
Todos buscando los colores
en la monocromática urbe,
pero abundan las monedas en las manos
y escasean las caricias.
Todos provocando ansiedades,
resultados para algo siempre nuevo,
pero los corazones se fragmentan
y los niños ya no juegan.
La soledad persigue a quienes huyen:
en la calle, a los que van y a los que vuelven,
en la noche, a los que tejen fantasías,
en el día, a los que no comprenden el ritmo de sus pasos.
La violencia de elegir a las personas
inspira encierros y refugios,
el orgullo y la fantástica convicción
esconden la verdad y la sabia tolerancia.
Todos buscando mágicas recetas
en las letras que repiten lo que ignoran,
desechando las voces más cercanas,
las del norte que nació con cada quien.
Todos corriendo hacia el abismo,
ignorando las virtudes del vacío.
El silencio, esa máxima verdad,
se lo lleva todo, mostrándonos al fin
nuestro destino.
Pablo Rego - ©2005
2 comentarios:
que hermosa,como todo lo que escribes!para que decir mas si sobran las palabras...
gracias por tu comentario!!! es un placer saber que puedo compartir así con los amigos...
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