lunes, 22 de diciembre de 2014

Ven a verme...

Aquellos que escuchamos al flaco Spinetta durante años tenemos en el inconsciente frases sin explicar que el flaco nos dio desde su intuición sagrada. Escuchar este tema hoy es como recibir esa luz infinita y sabia. Del álbum "Tester de violencia" de 1988.

Al ver verás

Ven a verme al ver verás,
yo por allí tengo una sombrilla,
corrí por las ciudades,
me cansó la codicia,
sólo tengo una vida.

Por mi ventana de al ver verás,
brilla un rayo al amanecer,
las horas ya no pasan,
las heridas se han ido,
todo dura un instante,
todo dura un instante para toda la vida.

Y al observar toda la locura,
la sociedad o lo que ya se fue,
entiendo que tu amor transpone todo refugio,
quema todo y sin armas.

Ven a ver y al ver verás,
yo con mi cuerpo te cubriré,
no importa que abandones lo que ya no resulta,
todo dura un instante,
es mejor ser el viento,
todo dura un instante para toda la vida.

Y al observar toda la locura,
la sociedad o lo que ya se fue,
entiendo que tu amor transpone...
no pensé en ningún lugar,
no pensé en ningún lugar.
Luis Alberto Spinetta

jueves, 9 de octubre de 2014

Poesía LVII


Sombras de eclipse

Llego a buscarme porque siempre está presente lo infinito,
porque estaba, en mi ausencia, olvido o retorno, en el tuyo, en el nuestro.
Las vorágines de los hechos, las emociones, la influencia de los astros.

Los planos del tiempo se deforman porque viene una curva en la trama,
porque un nudo concentra la energía, porque el universo respira y le toca exhalar.

La letra que enciende la acción de la voz que se nutre, silenciosa, poderosa,
murmurando en silencio al oído invisible, cambiando caminos por laberintos,
sonrisas por reclamos, abrazos por empujones… acaba en suspiros.

Detrás del cristal opacado, el sol espera a ser descubierto, otra vez.
Cuando las nubes se mueven el cielo está, en sus lapsos tan extensos.

La experiencia va tallando el cuerpo, las gotas, los hilos de la magia,
el corazón aprende, la piel recuerda, los ojos buscan demasiado,
la mente devora, cada rayo, cada onda, cada impulso hasta el olvido.

El vómito desaforado de palabras anarquistas golpea contra los muros,
mil acciones no evitan que su fuerza lo arrase todo, transformando el instante.

Es un mar deforme y sin sentido el campo de luz a la deriva,
las fuerzas de los astros nos arrastran o nos elevan, pero vienen a recordar
que somos todo en la unidad y que en el yo somos simples moléculas en orfandad.

Un recuerdo, la confianza, muchos días de subir esa montaña
para llegar a la cima y ver del otro lado la misma infinitud eternamente.

Esperar a que pase la tormenta, debajo del sauce, a orillas del río,
sembrando, cantando, durmiendo, dejando que el tiempo se vuelva liviano,
buscando este vuelo de letras paridas en el espacio sin límite de la consciencia.

Sé que estás. No necesito escucharte, ni explicarte, ni creer.
Es más simple. Cada vez. El amor crece más allá, aún, de las emociones.

Pablo Rego ©2014

martes, 16 de septiembre de 2014

de lucha y alegría


Tanta lucha
va desgastando la alegría de un mundo
en el que viviríamos alegres
sin todo aquello por lo que se lucha tanto.

Pablo Rego ©2014


martes, 15 de julio de 2014

Poesía LVI

La sustancia

Pliegue matricial proyectándose en sí mismo,
la verdadera imagen es cristal
sale la luz, resplandece,
su forma invisible se conforma,
a veces estalla, a veces abraza.

Queda la huella de sí y está en el cielo.
Rugir el amor y soñar al mismo tiempo,
como el aire que viaja con sus gotas de arco iris,
es el sol brillando entre las nubes
y el río turbio o cristalino que baja por bajar.

Te doy todo infinitamente,
con el alma alegre y con sus remiendos,
el corazón pleno y sus formas raras
con sus marcas y sus cicatrices.
La luz concebida para crear, siempre.

Extroviertiéndote en voz y a veces en éxtasis
porque el laberinto de la luna
tiene sombras como muros
y está lejos, en un sueño, o tan cerca,
en unos ojos de agua de lago.

Espalda que es caricia y estremecimiento,
camino que es andar y destino,
vueltas en la noche por soñar el otro lado
y vuelta de regreso por estar,
por ser, por recordar, por perdonar.

Códigos que se crean en el día
para transformar la vida tras la niebla
en la llama de la luz de la vela
que crea los destellos del amanecer
llevándose las sombras de la duda.

Regresa, cicla, se atreve a olvidar,
a soltar lastre y amarras.
El amor se atreve a todo
y los viajeros conocen con él el universo
dejándose ir en el otro, dejándose.

Es todo lo que hay;
irse para volver, estar,
saberse para saber, dar,
recorrer el círculo completo
para que al fin del silencio brille la sustancia.


Pablo Rego ©2014

domingo, 6 de julio de 2014

Leveamor


Cuando tienes la certeza de que la vida Es en sí mismo el propósito de haber nacido,

todo se vuelve liviano.

Todo se construye desde la luz más sutil hacia la densidad.

Entonces liberar al amor para que sea es más importante que subsistir;
y amar por sobre todas las cosas es vivir conscientemente.


Pablo Rego ©2013






martes, 13 de mayo de 2014

Relajación (Poesía LV) Poesía + Yoga



Inspirado en tod@s mis alumn@s,
en ese momento mágico
al finalizar la clase de Yoga.

Las ondas líquidas del cuerpo se desvanecen.
Suavemente el cristal comienza a brillar,
la luz transparenta la materia,
el diamante mira, escucha y suspira.

La comunidad humano tiembla,
se estremece un poco, menos, pesa, se aletarga.
El planeta te lleva hacia sus entrañas
y el suelo te detiene por estar.

Veo tu espíritu, a veces doliente,
tus deseos, tu alegría,
veo el velo de tu mente corriéndose de apoco,
tu cuerpo olvidado, al fin, un rato.

El universo fluye pasando las barreras,
entrando y saliendo de tu ser, de tu cuerpo.
El alma se distiende en un momento de quietud.
Sonríe la luz, sonríes.

Las líneas que te retratan cambian sus recorridos,
ojos que miran los destellos, cerrados y serenos,
Ojo que proyecta la consciencia, la intuición.
Tus labios se abren para saborear el cándido abrazo del universo.

Se van, se distrae de sí la mirada atenta,
los cálculos, el miedo, la ansiedad.
Veo en tu expresión la satisfacción de estar en el mundo,
en este instante de pura claridad.

La belleza de cualquier rostro en todos los rostros,
la serenidad dibuja pómulos como costas de lagos,
labios como cataratas, ojos como copas de árboles,
frentes como salinas, como desiertos acariciados por el viento.

Una y mil veces he visto y veré ese gesto,
tallado por la mano eterna de la naturaleza,
cuando el sol entra en la memoria de las almas
y todo se aclara y la sonrisa exclama en silencio su presencia.

La plenitud de formar parte del milagro de la vida,
la liviandad de una existencia sin dolor,
la calma de sentir la calidez de estar siempre en casa,
la paz expandiéndose en el pecho mientras todo es, aquí y ahora.

Pablo Rego ©2014