Por omisión
Que triste es la respuesta, que absurda la forma.
Los días, estos días que no cesan,
la ilusión, como un sueño, como un engaño.
Que helados están los jardines y los pies,
las ganas de soñar de los que nunca sueñan,
los impulsos infantiles de andar con libertad,
Que oscuro es el silencio de la canción que no se canta,
el miedo a elevar el alma, el dolor de no intentarlo.
Pequeñeces perdidas en un mar de “sí, lo sé”.
Bienes y males del pasado,
¿quién los recuerda hoy?
Me los muestran sus palabras,
las que dicen tantos labios cotidianos.
Pensamientos ordenados,
no me atraparán de nuevo.
Lógica insensible,
es suficiente por ahora.
Mátame ensordecedor futuro,
olvídame egoísmo,
sálvate de mí humanidad,
continúa destruyéndote,
no cuentes conmigo.
He quemado muchas lunas y princesas,
me atraparon los bosques embrujados
y perdieron el encanto,
He bebido almas y caricias
vomité mis entrañas intoxicadas de amor
por nada.
Reí por lo absurdo y lloré por lo mismo.
Y al final, mi destino.
Yo, sin sentido.
Que triste es la respuesta.
Pablo Rego - © 2007
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