lunes, 22 de enero de 2007

Poesía VIII

 

 

Por qué sonrío

 

La primera frase es porque sí.

Luego es la pregunta la que inspira,

o es la acción inquisidora, o el miedo,

o lo extraño de una sonrisa en estos tiempos.

 

Respuesta se necesita.

 

Es el alma que dibuja los gestos en mi rostro,

no hay máscara posible para un peregrino de entre verdades,

hay vida, sensación y expresión.

 

¿Es demasiado simple?

 

Lo primero es sentirse ser,

lo segundo es que el desencanto desciende al centro de la tierra

y que ojalá se queme -esperanza de poeta-

Lo tercero son los motivos para estar aquí o allí, según se vea,

luego, el devenir de los hechos:

La coincidencia, la energía, la liviandad,

que sobren las palabras, el más allá,

el deseo con mañana y los sueños que viven y se recrean.

 

¿Es demasiado presentisa?

 

Pues el niño es cada día más libre,

el acto de la vida es cada vez más juego,

no es drama ni es tragedia ni es comedia

es el juego puro de una levedad profunda

que vive oculta en nosotros,

que se avergüenza de nuestros prejuicios,

que lucha por surgir de nuestros corazones.

 

Al fin, silencio.

Porque si lo piensas

una sonrisa vale más que todo esto.

Sin paranoias, claro.

 

Pablo Rego - ©2007

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